jueves, 5 de mayo de 2011

5 oportunidades para la construcción eco-social de micro autonomías urbanas.



Somos protagonistas de un momento decisivo para la humanidad, la fragilidad de la sociedad contemporánea expresada en lo vulnerable de lo físico se hace manifiesta y futil como nunca antes lo habíamos visto - mientras vemos en la TV casi en tiempo real - y bajo la sombra de una nube radioactiva, cómo una ola negra de agua marina entra en la costa japonesa devastando a su paso cualquier muestra de lo que hasta hace unas pocas horas habíamos llamado civilización urbana. Por estas condiciones de realidad que han sucedido en los últimos días no me es fácil dejar de lado lo que esta nueva realidad supone: la idea o concepto de políticas públicas adquiere un sentido algo inesperado, las políticas públicas no son sólo un vector de fuerza y energía necesario para mantener o re-estructurar un sistema social y urbano, bajo estas condiciones, una fuerza nueva se perfila ya no como un sistema de decisiones aisladas que mantiene lo existente, sino que pasa a ser un instrumento de re-fundación social y reinvención física. El caso de Japón se presenta como un símbolo y oportunidad para la refundación del orden social, ambiental y humano que estos tiempos y condiciones demandan. Vale la pena resaltar que, contrario a Haití ó Chile, los ciudadanods japoneses han actuado mancomunados, mostrando un espíritu de coherencia social y solidaridad que también nos da un ejemplo contundente, y es que en tiempos de dificultad, sólo la solidaridad permite sobreponerse a la realidad inmediata y construir un nuevo horizonte.

Al mismo tiempo, un reactor nuclear a punto de estallar no es sólo un tema de preocupación local, ni siquiera un asunto de política nacional japonesa, no es nada más y nada menos que la materialización on-line de las políticas de la sociedad del riesgo. Esta es sin temor a exagerar la exposición más contundente de los últimos años de lo obtuso y agotado del modelo habitacional humano vigente, los temores de los científicos y todas aquellas elucubraciones antes consideradas de ficción, ahora se empiezan a experimentar sin vuelta atrás, sin intermediaciones argumentales, pura experiencia - directa y real - poniendo en tela de juicio la relevancia técnica y material de lo que hasta la fecha había sido el modelo económico, social y político de la humanidad.

Bajo este clima óptimo para el tránsito intelectual se abre la posibilidad de un nuevo orden, un camino - no necesariamente a la fuerza como en el caso japonés - para repensar y rehacer las sociedades y sus ciudades bajo un nuevo pardigma. Seguramente este ya no será sobre el paradigma mecánico, antropocentrico y explotador; probablemente y de manera optimista, estos hechos confirman la necesidad de dar el giro, desviarnos del modelo de desarrollo existente y dirigirnos hacia las restricciones y posibilidades, ante todo obligatorias y necesarias que el nuevo orden del paradigma ecológico sugiere. Habría que ser bastante insensato continuar aferrado a los modelos de administración del espacio bajo un enfoque moderno y netamente progresista, aquel donde el fin justifica los medios por la ilusión del progreso. Se considera progreso y es conveniente demoler miles de m2 para trazar una autopista para el vehículo privado? Vale la pena instrumentar a la población urbana en la habilidad de tomar micro decisiones para la sostenibilidad. Cómo desmontar la periferia y hacer de las ciudades modelos más compactos? Dónde radicar las estructuras de poder y decisión bajo esta nueva condición? Qué significa infraestructurar?

Adquiere particular importancia bajo esta sombra radioactiva repensar el enfoque y las estructuras constituyentes que dan vida social, estabilidad y energía a las ciudades. Bajo estas nuevas reglas de juego nos vemos obligados a pensar en el rol de los diferentes actores que participan del intercambio que se produce en la ciudad, el alcance de las decisiones y ante todo la posibilidad de construir nuevas oportunidades sociales bajo el nuevo paradigma. Desde hace un par de años se vislumbra una ilusión de protagonismo mundial para latinoamérica en el horizonte político, económico y social. No sólo Brazil con su nuevo desempeño en el contexto político mundial y su condición de nueva potencia económica haciendo parte de lo BRICS[1], sino también Colombia, haciendo parte de los CIVET[2] y México del N11[3].

Vemos sin lugar a dudas que estas proyecciones sólo serán justas y posibles desde la interacción y coincidencia de dos escalas de decisión e implementación:

Estructuras de decisión ascendentes y descendentes.  Las organizaciones descendentes son aquellas que administran jerarquías y poder oficial, son instituciones socialmente aceptadas, fluyen dentro de un marco social, político y económico acordado. Estas operan, disponen y distribuyen variables, órdenes y autoridad de arriba - abajo, dependen de normas, autorizaciones, presupuestos y en un sentido distorsionado y deforme utilizan la inercia ganada por la docilidad ciudadana para no hacer sino lo “necesario”, pues estas organizaciones están cargadas de compromisos políticos por lo general a corto plazo, lease: período de gobierno. El ejemplo más claro de este tipo de organización vertical descendente son las oficinas de planeación municipal, el gobierno central, el ministerio de vivienda, etc.

Las organizaciones de sentido vertical ascendente son precisamente auto-organizadas - comparten información entre sus componentes de manera vertical, no circulan de manera fluída, la energía que hay que invertir para garantizar su circulacion es muy alta, por lo tanto, son eficientes en el manejo de los recursos (energía), son blancos de crítica directa y destructiva porque son frontales, es la masa organizada. Estas tienen un nombre específico, un doliente. Y, la más importante de todas las características: tienen una ilusión objetiva. A diferencia de las organizaciones descendientes verticales - las cuales tienen intereses variables, a conveniencia del partido politico de turno en el poder - las organizaciones  ascendentes operan por objetivos colectivos, independiente de “turnos en el poder”. El ejemplo más concreto de este tipo de organizaciones son las sociedades de vecinos, asociación de ciudadanos, ONG´S, asociaciones de profesionales, las universidades, etc.
Aunque siendo conscientes de la magnitud del lente de análisis, no vemos otra opción posible para poder exponer de manera sensata las implicaciones de las decisiones territoriales y nacionales sobre el destino de las ciudades y, por lo tanto, la necesidad de desarrollar y tener políticas públicas de largo aliento y multi-escalares.

Pues bien, bajo este panorama general vale la pena resaltar 5 condiciones que configuran nuestro mapa de análisis propositivo encaminado a dilucidar y a establecer caminos posibles para la elaboración de políticas públicas enfocadas a reconstituir las ciudades bajo un nuevo paradigma y estimular el desarrollo eco-social sostenible.

1. Distribución poblacional equitativa a escala nacional = Distribución de oportunidades.

La distribución poblacional equitativa a escala nacional garantiza destinar muchas más ciudades zonas para la habitación humana, mayor cantidad de zonas de protección ambiental debido a que hay más centros urbanos construyendo condiciones propicias para la inversión y el intercambio y, por lo tanto, zonas de producción agrícola apoyadas en sistemas tecnológicos industriales, las cuales evitan el desplazamiento de la frontera agrícola productiva. Estas zonas actúan entremezcladas sin necesidad de estar concentrando toda la presión social y económica en un sólo lugar. En vez de estimular a sus ciudadanos - por políticas excesivamente centralistas[4] - a la depredación constante de las zonas de reserva natural en busca de sistemas de subsistencia personal o para la mega ciudad, las políticas públicas encaminadas a desarrollar diferentes núcleos urbanos a lo largo y ancho de los territorios nacionales están ,a la vez, distribuyendo oportunidades. Si una ciudad concentra un porcentaje muy alto de la población nacional en un sólo foco geográfico, es posible que la demanda ejercida sobre ese territorio haga que la ciudad con sus sistemas de transporte y su dinámica económica colapse. Al permitir por omisión o con intención una extensión urbana más alla de sus propias capacidades adminsitrativas produce necesariamente zonas de exclusión y hay carencia de oportunidades. Un barrio sin la infraestructura básica o la presencia permanenete del estado construye comunidades fisuradas, pues estas sólo existen para sobrevivir, cualquier oportunidad que pase por sus manos será necesariamente para buscar su propio beneficio, dejando de lado la noción de crecimiento colectivo y mancomunado. Las políticas públicas deben obligatoriamente estimular y sobre todo buscar la posibilidad de establecer estructuras sociales cohesionadas.


2. Conectividad.

Hablar de conectividad implica necesariamente hablar tanto del servicio de conexión tecnológica disponible en un territorio como de la posibilidad física de interactuar e intercambiar con otros. La conectividad obliga necesariamente a construir una nueva relación con el territorio y con los colectivos que allí se asientan, puesto que si algo ha cambiado casi de manera paralela en el desempeño profesional tanto de la arquitectura como del urbanismo es la idea y noción de espacio gracias a la posibilidad que genera el intercambio como material fundamental para vincular a los humanos y a los no-humanos dentro de las superficies de contacto que  éstos ocupan y habitan[5].
Desde los principios primarios del urbanismo clásico, aquel que pensaba que se le podía dar forma a la ciudad y diseñarla tipo Beaux Art y con la firme ilusión de que esta seguiría sus planes - casi inmodificables - hasta la misma arquitectura actual donde algunos todavía creen que los edifcios son esculturas en el espacio, ha sido una prioridad dar forma a la superficie donde suceden las relaciones humanas, pero el giro que no se había producido sino hasta hace relativamente poco es el que aporta la condición digital. Nunca antes había sido posible permitir contactar personas a lo largo y ancho del mundo y construir redes inmensas, llámese redes sociales con etiqueta estable tipo Facebook o simplemente y a través de la infraestructura que construyen los medios de comunicación. Hoy, el que una comunidad aislada tenga acceso a mercados comerciales globales, sociales y solidarios sólo es posible a través del soporte que estas comunidades pueden tener a través de internet y sus derivaciones. Esta cualidad de la conectividad permite superar, por lo menos temporalmente, los impedimentos geográficos y hacer que una comunidad adquiera un rol activo dentro de las dinámicas sociales de un país.[6]
De la mísma manera como la conectividad digital facilita el intercambio entre comunidades dispersas y distantes, el espacio público actua en las ciudades como superficie de contacto. Las dinámicas económicas cada vez más controladas y estimuladas desde el sector público, son las responsables de perfilar el contacto entre los ciudadanos. El papel del Estado ante esta situación puede ser la de facilitar, construir y gestionar y velar por el espacio público. Solamente el Estado o las organizaciones de toma de decisión ascendentes son capaces de establecer un equilibrio frente a la fuerza de lo privado, y ese equilibrio es sólo posible en la medida en que estos individuos tienen contacto entre sí, preferiblemente físico y directo. Es precisamente por la falta de contacto entre individuos que se genera el aislamiento forzado de las comunidades urbanas, y coincide esto allí donde el Estado no tiene presencia. A mayor ausencia del Estado mayor dificultad de generar comunidad.

3. Estabilidad social - Control demográfico.

La estabilidad social está vinculada al número de oportunidades laborales y de desarrollo humano que existen en un territorio. Cuando en un territorio confluyen oportunidad laboral y estabilidad social, dicho territorio tiene una ventaja sobre sus competidores, puesto que tiene como invertir su surplus en proyectos y perspectivas de mediano y largo plazo garantizando reservas a futuro, y puede pasar así, de ser una comunidad de supervivencia a una comunidad de estabilidad y proyección. Cuando en un territorio se presentan cataclismos o existen factores de inestabilidad por largo plazo, la migración humana se activa inmediatamente, haciendo que no sólo se produzca una fuga masiva de habitantes sino también de su capital humano con su saber hacer. Hoy en el afán por la competencia y la competitividad es fundamental garantizar la diferenciación de la oferta a través del producto. Todos los productos tienden a ser los mismos en el mundo, la diferencia radica en la capacidad de cada cultura de acceder a elementos propios de su entorno y convertirlos de acuerdo a su saber hacer (tradición) en elementos únicos.[7]

Por otra parte, es necesario que el Estado sea el promotor número uno del control de natalidad, casi ninguna ciudad del mundo es capaz de sostener socialmente un número de habitantes superior al de sus capacidades. A mayor cantidad de habitantes en economías débiles mayor oportunidad de desbordar y establecer economías informales. En una estructura donde la economía informal es fuerte, la delincuencia y la corrupción son mayores, por lo tanto, menor será la tributación de sus ciudadanos, pues al existir tantos frentes donde es necesario poner el dinero de los impuestos y ante la desconfianza de los ciudadnos frente a sus dirigentes, sucederá de manera simultánea un mayor descontento de los aportantes puesto que no verán reflejados sus ingresos en beneficios urbanos o sociales; al mísmo tiempo todos aquellos que subsisten por dicha economía informal no aportan ningún centavo a dicha estructura socio-económica, haciendo que el modelo de ciudad y organización espacial se deteriore cada vez mas. Es por esto que el estado por encima de cualquier institución religiosa debe ante todo evitar la explosión demográfica desmedida y garantizar que los recursos provenientes de los impuestos circulan por igual en toda la ciudad en inversiones sociales simétricas.


4. Inercia Industrial.
La estabilidad social está directamente realacionada con la solidez de las estructuras industriales y de servicio. Muchas sociedades, tanto americanas como europeas y algunas suramericanas, ante el boom del mercado productivo asiático han decidido dejar de fabricar en su propio territorio y se han llevado los puestos de trabajo, el cual bajo un pretexto a corto plazo sobre el costo directo de producción han dejado miles de m2 desocupados y a comunidades enteras desocupadas. 
Para poder construir cierto grado de estabilidad laboral es preciso sacar partido de los productos especializados con valor agregado, tipo Denominación de Orígen[8], y por otra parte, reforzar y estimular la industria nacional para evitar migraciones industriales  y minimizar el efecto de los capitales golondrina. Al mismo tiempo, es fundamental construir cierta autonomía industrial, garantizar cierto nivel de autoabastecimiento, principalmente en los bienes básicos y productos de la canasta familiar. Este tipo de políticas públicas las entendemos como “infraestructuras” para el desarrollo humano y social, y son claves en la sostenbilidad de las ciudades y sus habitantes.

5. Autonomía Hídrica y Energética Responsable.
De la misma manera como sucede en las 4 condiciones anteriores es preciso que cada sociedad, tanto desde las políticas públicas oficiales como por la demanda de sus comunidades, sean capaces al mismo tiempo de las políticas públicas construir micro-autonomías, es decir, ser capaces de establecer parámetros de sostenibilidad individual sin la necesidad de depender en altos porcentajes de la capacidad estatal o empresarial de construir infraestructuras territoriales. Aunque tanto la autonomía hidríca como la energética - en la mayoría de los casos - requieren a gran escala altas inversiones, también es posible construir pequeños acciones que permiten descargar la demanda energética a dichas redes. Hacer planes de manejo de residuos sólidos domésticos y usarlos como pequeños micro productores energéticos como biodigestores, es sólo uno de los usos inteligentes que se le puede dar a la basura. Al mísmo tiempo, establecer redes de protección ambiental garantiza la permanencia y disponibilidad de estos servicios en las ciudades. No es un misterio que más del 60% de las ciudades latinoamericanas no tienen su fuente hídrica en su entorno inmediato. Esta condición implica de nuevo, que la subsistencia en los núcleos urbanos y su sostenibilidad no dependen de decisiones locales, sino por el contrario, cualquier distorsión del núcleo hídrico aparte de alterar el ecosistema local donde éste se ubica repercute en el estado social de las sociedades urbanas que son afectadas.

Las ciudades no son más que nodos o puertos temporales de materializaciones y decisiones que a veces suceden a miles de Km de éstas. A modo de reflexión final, vemos pertinente la construcción y la necesidad de pequeñas autonomías bajo nuevos tipos de políticas públicas. Las ciudades son totalmente interdependientes de las decisiones  políticas, los cambios administrativos empresariales y los vaivenes del clima, sólo parece ser posible construir estabilidad en la medida en que nuestra fragilidad se hace manifiesta.





[1] BRIC (Goldman Sachs) y CIVET (HSBC) es la denominación por acrónimos que varios grupos financieros y de inversión han dado a las economias emergentes que se muestarn más atractivas para la inversión y el desarrollo en los próximos años. Vale la pena precisar que inicialmente el grupo que se concebía como BRIC y anunciado a principio de la década del 2000 (Brazil, Rusia, India y China), pero debido a las dinámicas económicas recientes Suráfrica fue catalogada como parte de los BRIC, y ya no como de los CIVET (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto y Turquía).
[2] Los CIVET, son todas las economías diversificadas que no son excesivamente dependientes de los productos básicos. Ellos tienen sistemas financieros sólidos y en crecimiento. Ninguno de miembros países CIVET están sufriendo de una inflación desbocada (aunque la inflación en Egipto está un poco elevada con respecto a las demás). Tampoco ninguna de ellas tienen enormes déficits de cuenta corriente (Vietnam está en los límites, pero la tendencia es positiva).
[3] Varios intentos se han hecho para llegar a armar nuevos grupos de economias emergentes. Goldman Sachs propuso el `N11` : Bangladesh, Egipto, Indonesia, Irán, Corea del Sur, México, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Turquía y Vietnam. Sin embargo, este grupo fue formado para recoger los mercados emergentes similares a los BRIC pero por criterio de número de habitantes.
[4] Es el caso de Argentina (40.000.000 de habitantes, Buenos Aires 12.000.000 de habitantes), Perú (30.000.000 de habitantes, Lima 9.000.000 de habitantes) Chile (17.000.000 de Habitantes, Santiago 5.000.000 de Habitantes), donde las sus capitales absorben alrededor del 30% de la población de cada país.
[5] Un buen ejemplo es el caso de las políticas públicas en Medellín donde las intervenciones de manera integral no sólo actúan sobre el espacio físico sino también en el digital. Para más información se puede visitar la página de Medellín digital: http://www.medellindigital.gov.co/Paginas/Default.aspx
También para ver más al respecto sobre la transformación física y social visitar: http://www.medellincomovamos.org/
[6] El ejemplo más contundente es el de diferentes comunidades de artesanos de los Andes Peruanos, quienes  a través de servicios de Hotmail logran conectarse con los turistas que pasan por su territorio cada año y así logran ubicar pedidos de artesanías en Europa y América. Vale la pena también notar que existe Windows en Quechua, lo cuál facilita el acceso de estas comunidades a la dinámica global de las comunicaciones.
[7] Es el caso de Perú, con su cultura gastronómica, la cuál impulsada por Gastón Acurio, ha logrado consolidar una marca de país gracias a la calidad de sus productos y la particularidad geográfica de su orígen. El planteamiento de Acurio propone que en la medida en que la cocina peruana sea más conocida, mayor será la demanda de los productos con la que esta se elabora, y por ende, habrá mas necesidad de producir dichos alimentos, los cuáles generaran miles de puestos de trabajo y más opciones de desarrollo al interior el Perú. Para más información ver el discurso pronunciado por Gastón Acurio en la Universidad del Pacífico: http://www.carabayllo.net/temas/cultura/81-el-discurso-de-gaston-acurio.html
[8] Una denominación de origen  es una indicación geográfica constituida por la denominación de un país, de una región o de un lugar determinado, o constituida por una denominación que sin ser la de un país, una región o un lugar determinado se refiere a una zona geográfica determinada, utilizada para designar un producto originario de ellos y cuya calidad, reputación u otras características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico en el cual se produce, incluidos los factores naturales y humanos.

viernes, 11 de febrero de 2011

Investigación de la Universidad de Harvard sobre oficinas de arquitectura en Latinoamérica

Ana María Durán y Francisco Izquierdo estan elaborando una investigación para Harvard sobre nuevas prácticas arquitectónicas en Latinoamérica, estamos incluidos en esta investgación, aquí la entrevista que nos hicieron.


A.T.L.A.S

¿Cómo ha evolucionado la practica de los miembros del colectivo desde su creación?

A.T.L.A.S es incubado dentro del estudio de Camilo Restrepo Arquitectos por la necesidad de migrar hacia una estructura más flexible, menos relacionada a la interpretación habitual de lo que hace un arquitecto. Veíamos necesario construir nuevos espacios de presencia y acción reflexiva que no estan casi cubiertos en nuestro entorno directo y que nos parecia complejo e innecesario ocupar bajo el nombre de Camilo Restrepo Arquitectos Ej: Curar exposiciones de arquitectura en asocio con otros, organizar una bienal de arquitectura, construir un encuentro de escuelas de arquitectura para reflexionar sobre la educación del arquitecto, escribir, procurar espacios de encuentro reflexivo, etc. Vale la pena precisar que siempre hemos estimulado el trabajo en grupo y por eso hemos compartido de manera desprevenida asociaciones temporales con Plan B, Mesa Editores, Paisajes Emergentes, J.Paul Restrepo, Mazzanti, etc. Estas asociaciones han surgido de manera espontánea y diría que es una práctica bastante normal aquí en Medellín.

¿Cómo se conocieron los miembros del colectivo? / ¿Cómo se comunican, local y trasnacionalmente?

Todos los miembros trabajamos en Camilo Restrepo Arquitectos.

La comunicación local sucede directamente en el estudio dia tras dia, la comunicación trasnacional se produce via internet.

¿Cuál es la Filosofia detrás de su colectivo?

Habitamos los espacios localizados entre las esferas disciplinares, moviendonos entre sus límites. Sabemos que no nos interesa el paisaje, ni la morfogénesis digital, mucho menos defender la modernidad o coincidir con la idea de tradición arquitectónica nacional entendida como proceso lineal que construye continuidades sobre arquitecturas probadas a través de un proceso continuo que pasa de generación en generación. No creemos en la arquitectura como práctica artística, ni en el arquitecto como constructor técnico. Buscamos el riesgo. Creemos firmemente que cada proyecto es una oportunidad para repensar lo existente y transformarlo. Nos sentimos cercanos a la idea de que hacer arquitectura hoy es desplegar activamente ensambles materiales animados con capacidades de transformación y siembra de posibilidades y oportunidades.

Esta obsesión nos ha obligado a buscar nuevas libertades desprendidas de la idea tradicional del arquitecto como simple constructor que da forma al vacío ó del arquitecto como precursor de un estilo o método de identidad gráfica. Para bien o para mal somos unos generalistas desmedidos que buscan reflexionar-haciendo y haciendo-reflexionando sobre las prácticas y las decisiones físicas y/o causales que dan forma relacional al espacio, independiente del método, idea, manifestación gráfica, técnica o interés material, los cuales consideramos son siempre variables.

Vemos la necesidad imperativa de buscar y establecer nuestra idea propia de espacio, buscamos que esta nos sirva como materia prima para desarrollar frentes de estudio, investigaciones, construir oportunidades de transformación relacional.

Por estas razones no nos acomodamos a la idea moderna de espacio como vacío y mucho menos a la de la arquitectura como disciplina inmutable que da forma al vacío desde el positivismo y lo define desde su interioridad hacía la superficie y se expresa en esta como material bien sea abstracto ó representativo y símbólico. Preferimos entender el mundo como ecosistema profundo hecho de relaciones y codependencias. Para nosotros la arquitectura no establece un orden separado de sujetos y objetos de relaciones escindidas y distantes que suceden como primer plano sobre un telón de fondo – “natural” – que mas o menos anima nuestra intervención y que de acuerdo al instinto del arquitecto hace resonancia con el lugar bajo manifestaciones de abstracción interpretativa.

Buscamos construir una práctica que adquiere capacidades desde la extracción y detección de la inteligencia operativa de otras disciplinas – la que sea necesaria para cada encargo – desde las cuales configuramos constituciones precisas para cada caso a manera de ensambles impuros, los cuales siempre buscamos insertar dentro del marco de realidad de cada proyecto ya como nuevos ordenes de posibilidades y así en ese choque responsable y reactivo de condiciones, procurar una transformación de la realidad, a escala social, aumentar el intercambio realacional, incremento de la performatividad, vinculación de mayor cantidad de agentes, minimizar los impactos, etc.

Nos interesa hacer evolucionar la práctica misma, redefinirla y actualizarla sobre el principio de creer que la arquitectura es la administración, producción y gestión del espacio físico y relacional, dentro de las condiciones de realidad que cada proyecto, situación, localización o interés demanda. Creemos que en estos tiempos no se ha producido una actualización disciplinar entre las condiciones del campo sobre el cual trabajamos y su relación con los valores críticos disponibles, sus formas o sus instrumentos. Por todo lo anterior, preferimos dar un paso al lado y pensar en nuestra acción como una acción que hace y piensa de manera simultánea sobre el ambiente construido y las ciencias espaciales: Geografía, Urbanísmo, Arquitectura, Política relacional.

¿Cuáles son las metas del colectivo? (referido a: intervenciones en el espacio público, activismo, creación de plataformas alternativas de comunicación, etc.)

Este interés por construir una práctica amplia – aún no definible – nos ha llevado a construir Modelos de integración Teorica-Práctica y Práctica-Teórica para/y desde cada proyecto bajo los instrumentos y asociaciones conceptuales que esten disponibles por nuestros intereses o que veamos necesarias para cada encargo.

La meta fundamental es la de posibilitar nuevas redefiniciones de la práctica como disciplina de intensificaciones desde los proyectos, acciones y actividades que desarrollamos o que buscamos a través de concursos, autoencargos o encargaos particulares. No vemos diferencia entre la escala de los proyectos ni tenemos preferencia por alguna actividad en especial. Todas las escalas son espacios de oportunidad. Dentro del núcleo de plataformas alternativas de comunicación recientemente hemos estado vinculados a la creación del primer encuentro iberoamericano de escuelas que se llevo a cabo en el marco de Ciudad Abierta (Encuentros de arquitectura y ciudad de Medellín, Octubre 2010) evento que también estuvo a nuestro cargo en el ambito curatorial y conceptual.

¿Cómo se ven como colectivo en un futuro cercano y lejano?

A muy corto tiempo nos interesa poder desprendernos cada vez mas de la etiqueta de Camilo Restrepo Arquitectos y acercarnos a la operación mas libre de una agencia, esto nos permite tener mas libertades y hacernos un poco mas viscosos.

A mediano plazo nos interesa poder construir una presencia académica y disciplinar mas constante.

A largo plazo nos interesa poder acceder a becas y proyectos de investigación por fuera de nuestro país, la cuál nos facilite acceder a insumos informativos y materiales (sociales, culturales, económicos, técnicos, etc.) mas diversos, pues buscamos poder desprendernos un poco de la condición mineral sobre la cuál esta fundada e instrumentada nuestra profesión; constantemente nos preguntamos si es posible establecer arquitecturas animadas por la mezcla inteligente de condiciones vivas, digitales, sociales y minerales. Hacerla mas performativa, con mas capacidades. Creemos que por nuestra localización geográfica y por las condiciones de realidad sobre las que trabajamos, pero a pesar de los instrumentos de comunicación contemporáneas nos sentimos bastante lejos de los campos de innovación y desarrollo, pues los espacios de discusión y agitación no son suficientes para establecer una práctica mas robusta, nos sentimos por fuera de cualquier desarrollo técnico. La arquitectura en nuestro contexto nacional como área de pensamiento y reflexión ó de innovación material es una actividad huerfana para el estamento oficial gubernamental o para casí toda la empresa privada, puesto que para: A. El ministerio de cultura la arquitectura contemporánea no es valorada como investigación o manifestación social o cultural, pues solo se interesa en la arquitectura como patrimonio, siempre y cuando las obras tengan mas de 70 años. B. Ministerio de Vivienda: La arquitectura es una operación inmobiliaria.

C. La empresa Privada: La arquitectura es para los artistas.

Solamente en los últimos años la arquitectura ha ingresado como instrumento en la agenda política para la transformación social y urbana de algunas ciudades – necesaria por cierto- de algunos alcaldes locales y nacionales. La arquitectura empieza a ser percibida de manera diferente.

Pero paradójicamente y siendo conscientes de lo contradictorio de estas dos situaciónes y bajo la inmensa cobija de la permanente incertidumbre colombiana vemos en este vacio la oportunidad de operar a corto plazo a través de concursos, haciendo de cada concurso perdido o ganado una oportunidad para poco a poco ir halando de la cuerda, tensarla, hacerla útil para nuestros intereses, necesaria para nuestro entorno, no solo como o desde la óptica de lo construido, sino como vector constructor de beneficios.

¿Podrían describir la colaboración interna y la organización del colectivo; sus metodologías?

Creemos que cada encargo, concurso, autoencargo, oferta, etc. plantea unas reglas propias, es decir cada caso es un caso único, lo cuál nos tienta y nos obliga siempre a dibujarlo ó a comunicarlo graficamente de una manera particular y propia al caso, asumirlo dentro de una lógica de ideas que pocas veces son coherentes como primer acercamiento, pero que una vez desplegadas sobre la mesa de trabajo estas se van moldeando por las opiniones de cada uno de nosotros. No tenemos ideas-formas predefinidas, muchas veces consideramos que el insumo principal es siempre ese choque violento de realidad con los intereses internos del estudio. Dentro del equipo de trabajo cada uno aporta al proyecto desde su interes particular, haciendo que el trabajo sea un trabajo a muchas manos, de incrementos, no de abstracciones o simplificaciones. Buscamos extraer la lógica-inteligencia a la cual pertenece el proyecto por su localización, por los intereses en el momento del estudio y los pedidos del cliente; a partir de ahi desarrollamos un protocolo de actividades o acciones, un menú gráfico, unos intereses disciplinares, y con todos estos instrumentos buscamos hacer encajar esa melange de manera despreocupada dentro de un marco de realidad específico. Por ejemplo, en el caso del concurso para la Biblioteca de San Javier por estar en una zona indefinida entre la ciudad y el campo quisimos estructurar un tercer orden que llamamos Rurbano, hicimos chocar los beneficios y cualidades de la ciudad y el campo en una Biblioteca donde el espacio público se configura como escuela agraria que facilita el paso (cultural-social) a sus habitantes de una sociedad agraria a una sociedad urbana. Esta cambia de acuerdo al tiempo, se pasa de la huerta al bósque como cambio en la configuración del espacio público-ecológico, ò hacer que el espacio público tenga huertas con productos que hacen uso inteligente de la denominación de orígen como el café colombiano y que diferentes personas fuera del país apadrinen una planta de estas; haciendo que cada padrino la pueda seguir via internet hasta recibir su cosecha de café anual, dónde los ingresos recibidos por este apadrinamiento sirven para becar los estudios de un campesino de este lugar. Así, sumando inteligencia digitales, modelos económicos de desarrollo, dispositivos espaciales, arquitectura, geografía y políticas de desarrollo justo construimos modelos de transformación responsable.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

InterphasePhyta Multicapacitaceae


Ya esta casi lista!!!!! A partir del sabado 4 de Diciembre todos podemos interactuar con la Interphasephyta Multicapacitaceae!!!!!!!

lunes, 16 de agosto de 2010

5 propuestas hacia una arquitectura mestiza.

Por el momento hacemos entrega del texto introductorio y el planteamiento de una de las propuestas: El Riesgo. En los próximos dias el resto de los planteamientos.

Social y científicamente se ha construido e instrumentado una idea acordada de espacio, y atención!!! no es solo una idea, pues también habitamos en ella: El Espacio Euclidiano.

Sobre el espacio Euclidiano se han elaborado y desplegado los propósitos disciplinares, teóricos y críticos de la arquitectura; y por muchos años desde este sistema geométrico y material se han enfilado todos los recursos, intereses e instrumentos para responder, sobre-estructurar y elaborar lo que denominamos el propósito disciplinar de la arquitectura: La arquitectura como instrumento que da forma al vacío.

A pesar de que este acuerdo-costumbre es transferido a nosotros desde las academias casi desde el primer día que ingresamos a la educación disciplinar, pareciera que no nos hemos detenido a indagar de manera rigurosa si este acuerdo-costumbre es todavía vigente para las condiciones ecosociales sobre las cuales nos des-empeñamos actualmente, o si los instrumentos disponibles que permean nuestras relaciones desde el mundo digital o desde el ingreso del colectivo a un amalgamamiento a la fuerza de un estado de riesgo permanente son útiles para construir un espacio más amplio, simétrico y transparente. Esta reflexión sobre la arquitectura como instrumento que da forma al vacío ha pasado casi desatendido por la crítica, las escuelas y la práctica como tal, puesto que desviaciones materiales producidas gracias a los nuevos instrumentos digitales, la crisis económica del modelo occidental y la innecesaria reflexión sobre el paisaje (visto como una colección de objetos que suponen un telón de fondo para insertar lo sublime) han hecho que se de continuidad a las tradiciones ópticas antropocéntricas, sin detenernos a repensar si los propósitos de la disciplina deben ser actualizados. Esta desatención ha producido el refuerzo de los léxicos heredados, haciendo que nuestra idea acordada de espacio con sus valores críticos e instrumentos disciplinares se hayan derivado inercialmente y, por lo tanto, no hacen ninguna justicia a la relación y al vínculo que tienen los humanos y las cosas en el mundo real.

El tiempo, las 3 dimensiones “oficiales” que constituyen el espacio y los 3 propósitos tradicionales disciplinares, con su teoría y crítica correspondiente casi invariables en la historia de la arquitectura - Utilitas, Firmitas y Venustas - no son suficientes para instrumentarnos en la redefinición de la disciplina, por lo tanto es preciso dar un paso adelante y tomar distancia, para poder construir una relación más simétrica entre humanos y no-humanos en la ocupación-uso-desempeño en-del espacio. Este esfuerzo vale la pena hacerlo para elaborar de manera reflexiva una práctica disciplinar más abierta, sin la melancolía historicista o moral que reclama constantemente y casi desde una perspectiva Judeo-Cristiana la simpleza volumétrica, la razón funcional y la austeridad material; donde de manera hipócrita se da como valor ejemplar la aparente pobreza y “la racionalidad” como cualidades duraderas, pero se castiga la complejidad, lo mestizo y lo bastardo. Definitivamente es más fácil reconocer genealogías que construir variaciones.

Sin lugar a dudas nos debemos a las cosas y lo que (nos)hacemos en ellas, entonces, por qué en este sistema de valores críticos sólo invocamos lo bello por la pureza volumétrica y la honestidad del material como rangos de análisis, y dejamos de lado el análisis sobre los procesos que se dieron para hacer la construcción posible, por qué cerramos el lente de análisis y descartamos series de valores y hechos si esto no hace más que alejarnos de las cosas, de sus procedimientos de formación y formulación?

Paradójicamente, por ahora sólo podemos empezar por operar sobre el ensamble de un dispositivo teórico -al menos para usarlo temporalmente- que permita transformar la vista crítica y estática tradicional de que los edificios son objetos cerrados, terminados y finitos; y al mismo tiempo erosionar la práctica y la noción del arquitecto como aquel genio creador que bajo el “influjo” de la inspiración y apoyado sobre las continuidades subjetivas de la historia, apalancado en la realidad de la materia de lo visible extiende la tradición “haciendo edificios” que serán habitados.

Deshacer este nudo disciplinar requiere que comprendamos que una nueva práctica necesita y requiere de una nueva critica; y una nueva crítica necesita de una nueva práctica. Pasar de mirar los hechos construidos a incluir de manera simultánea la construcción de los hechos.

El reto es construir una aleación-puente que no haga diferencia entre las dos actividades y nos permita construir un tercer orden: Una practica teórica y una teoría práctica. Pero para acercarnos a lograr tan liso propósito, debemos abrir la puerta a la idea de que una dimensión es una capa de interferencias no necesariamente materiales o técnicas, sino un hilo transversal que nos permita dotar de trazabilidad1 a la arquitectura, no sólo como espacio material y fenomenológico, vacío y moldeado o inserto en una tradición o estilo, sino también como capas de procesos desarrollados desde el momento mismo en el cual el encargo esta por llegar a la mesa del arquitecto y que este debe ensamblar y vincular a todos los agentes que harán posible el proyecto hacia el cuál se encamina y donde empieza su largo viaje a través del bosque de los funcionarios públicos, los descuentos en el precio del material que hace que un cliente cambie de aspiración estética, el accidente de tinta en la impresora que alarga el volúmen sobre la superficie del plano - variando las proporciones que se tenían “planeadas”, el error en la dosificación de la arena que hace que el concreto quede más amarillo y que las cosas que así aparentaban ser una cosa, terminan siendo otra.

Estas desviaciones del trabajo nos indagan a pensar sobre como se hicieron las cosas y no sobre el cómo quedaron al momento de la inauguración. Puesto que una cosa es la elaboración del proyecto y hablar de los procesos y la manera como los arquitectos se plantean los problemas y su práctica (quién escribe sobre esto? quién lo estudia?) y, otra cosa es escribir, analizar y polemizar sobre los edificios una vez entran en construcción y su posterior apropiación. Pero precisamente, esta óptica que aquí proponemos pretende no diferenciar entre estos dos recorridos, pretendemos hacerlo uno y para esto pretendemos vincular los intereses del arquitecto, sus vicisitudes y las diferentes agencias por las que atraviesa el proyecto para poder llevarlo a cabo, darle forma, hacerlo construible; cómo los sucesos que se desempeñan en los proyectos, en su construcción y su ocupación, lo hacen dinámico y lo localizan bastante lejos de aquel sistema moral de valores antropocéntricos y estáticos de análisis y crítica.

La crítica y la historia de la arquitectura salpican a la práctica de omisión sin poder establecer cruces que le permitan hacer seguimiento a las decisiones y sus repercusiones en el proceso de “vida” de un espacio o edificio, bien sea desde las intenciones e intereses que emergen desde el escritorio del arquitecto, el pantano en la obra causante de un retraso en el vaciado en el concreto y, por ende, la modificación de los acabados especificados desde el estudio del arquitecto, las demandas de los clientes hacía X ó Y estilo que hacen modificar el espacio donde el visitante compra y consume unas galletas de chocolate y bebe café un sábado en la tarde.

Dónde localíza la crítica y el arquitecto este material? Cómo lo usa? Le hace algún seguimiento? Plantearnos un nuevo set de criterios de análisis y reflexión que no hace diferenciación entre lo que sucede en el estudio del arquitecto y las repercusiones que tienen dichos eventos en la construccion del edificio y luego en la vida que el edificio es capaz de desarrollar, albergar y desempeñar, nos facilita y ayuda a construirnos una nueva óptica de análisis y relación crítica.

Por lo pronto, proponemos cinco nuevas dimensiones-ópticas para este nuevo set de criterios para el análisis y desempeño crítico-teórico-práctico:

Riesgo
Performatividad
Capacidades
Principio de Difusión y Convección
Intercambio

Por qué valorar criterios de riesgo, performatividad, capacidades, principio de difusión-convección y el intercambio en la arquitectura mestiza como criterios nuevos?

Cinco nuevos criterios adheridos a la definición de arquitectura mestiza2 nos permiten pasar de manera continua - sin hacer diferencia de donde estan radicados los valores - desde la mesa del arquitecto hasta el edificio en funcionamiento, incluso si estos pudieran tener un manual de domolición incluido. Estos criterios nos permiten construir una nueva oportunidad disciplinar y por lo tanto nos abren una posibilidad amplia de espacios de oportunidad a ser llenados, ocupados y redefinidos desde la administración, producción y gestión del espacio y las implicaciones de las acciones desplegadas desde allí adentro, desde la acción misma.

Propuesta 1: Riesgo3

Si entendemos el riesgo como el insumo para la innovación, nos damos cuenta de que el asumir nuevos desplazamientos conceptuales por fuera de la disciplina estrictamente definida nos permite ampliar el rango de acción, de participación, y porque no, de la oportunidad de operar de manera menos antropocéntrica, aceptando el ingreso del cambio desde nuestro que hacer diario. Es decir, sacar de manera vascular el estatismo de la arquitectura como piezas terminadas y de alguna manera, hacerlas mover, circular por las cadenas de transformación, análisis y acción que este criterio supone. Si desde el mismo escritorio de trabajo somos capaces de localizar estados de cambio en el proyecto, abrir el sistema a la transformación, no estamos acaso modificando la disciplina misma? y como tal las estructuras de juicio sobre las cuales valorar el “exito” de la intervención (proyecto)?

Nos interesa medir el riesgo que se asume desde el escritorio del arquitecto. Que esta dispuesto el arquitecto a encontrar arriesgando sobre lo desconocido? Es este capáz de abandonar el hilo de Ariadna al regreso del laberinto disciplinar, soltarse y buscar otras salidas? Sobre que nivel de certezas trabaja el arquitecto? Repite este la herencia de su educación? Que se entiende por falla? Es esta un insumo para la experimentación y el testeo de sus intenciones? O es esta una desviación del propósito incial no tenido en cuenta? Una reacción no codificada en los planos?

Para acercarnos de manera comprensiva a estos interrogantes hemos dispuesto de cuatro escalas de valoración.

A mayor diversidad (proyectos, actividades, perfiles) más riesgo.
Pensamos que en la medida en la que el arquitecto es capáz de ampliar su rango de acción establece un territorio de interacción e intercambio más amplio, por lo tanto, la exigencia que esto le supone, le obliga de manera constante a establecer puentes procedimentales entre las diferentes actividades que desempeña, haciendo que su práctica se vea deslocalizada de la definición de: Estudio, taller, patrón, jefe, empleados, jerarquía, etc. Esta relocalización hace que necesariamente, los codigos de relación al interior del lugar de trabajo sean desplazados y aproximados a la idea de agencia, a la colaboración, a la duda permanente, a la investigación, experimentación y testeo. La información dentro de un espacio de elaboración bajo estas caracteristicas, fluye y circula de manera diferente, constituye realidades y miradas mas robustas.

A mayor estabilidad, menos riesgo.
En la medida en que se tiene mayor confianza, el confort intelectual y de inactividad aumenta, dando como resultado cierta oposición a la búsqueda de otras opciones de acción, las certezas son almohadas en las que se puede dormir placidamente. Esta claro que la necesidad es un motor para desarrollar instrumentos. La estabilidad en la naturaleza no existe. Y si trasladaramos dicha condición a la actitud del arquitecto, solo nos queda concluir que la estabilidad es el ancla a un momento, a un tiempo, pero todos los insumos que alimentan nuestra profesión son cambiantes. Sino estamos dispuestos a asumir y a permitir la entrada de factores de desequilibrio en nuestros proyectos, y a aceptar al estado de inestabilidad como insumo proyectual es difícil generar nuevas opciones y espacios de oportunidad.

A mayor incertidumbre más riesgo. A mayor cantidad de recursos menos riesgo.
La innovación es una apuesta riesgosa. Decidirnos a hacer lo que no hemos hecho es precisamente vincularse con el cambio y con la definición de Vanguardismo que Peter Sloterdijk nos presenta en su texto Esferas: “ Vanguardismo es la capacidad de forzar a todos los miembros de una sociedad a decidirse sobre una propuesta que no proviene de ella misma.”
La incertidumbre y la falta de recursos entendidas como estimulo creativo y de acción nos presenta un sinnumero de oportunidades operativas, pues nos obliga a dudar de lo existente y a reinstrumentalizarnos para aprehender lo desconocido, es precisamente soltar el hilo de Ariadna y aventurarse a no salir del laberinto, pero a conocerlo y habitarlo. La incertidumbre nos estimula a construir herramientas y como efecto a transformar el mundo a través de nuevos instrumentos, a elaborar nuevos ordenes, formas, acciones y acuerdos, imposibles de elaborar sobre estados de certeza.

1. Se entiende como trazabilidad aquellos procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo de la cadena de suministros en un momento dado a través de unas herramientas determinadas. Vale la pena pensar que la arquitectura y sus procesos de elaboración desde el proyecto mismo caben en esta definición.
2. A partir de aquí llamaremos arquitectura mestiza a la acción disciplinar redefinida, donde no hay diferencia entre hacer y pensar. Dónde no hay crítica de arquitectura desde “afuera” o arquitectos que hacen proyectos sin interesarse por condensar su acci[on de manera reflexiva compartida, es decir ampliar la práctica hacia el compromiso textual.
3. Este criterio no pretende insertarse de ninguna manera en la definición de riesgo desarrollada por Ulrich Beck en su texto: La sociedad del Riesgo.

lunes, 24 de mayo de 2010

Monstruos y Fósiles

Nuestra acción se dificulta cuando lo que pretendemos hacer no es ensamblar ni mucho menos caminar el fácil recorrido que plantea hablar de lo nuevo buscando en lo viejo. No buscamos trazar secciones que corten la realidad y nos muestren de manera congelada el estado temporal de la información con la cual disponemos, especialmente, cuando pretendemos o creemos - un poco a ciegas - que algo de su producto, de su trabajo, conforma un tejido que colabora con una renovación de la lectura del estado del arte de la arquitectura contemporánea.

La mesa de trabajo e investigacion, aquella superficie plana, blanca y lisa que usualmente nos permite apoyar lo seleccionado y compararlo, no es una mesa, ni es blanca ni es lisa, puesto que las realidades de la arquitectura y los diferentes sucesos que se desarrollan a tráves de los intereses de grupos mafiosos pseudo intelectuales - por fuera del canpo mismo de la arquitectura - hacen que nuestra mesa sea inestable, oscura y sucia. Lo que nos proponemos es localizar el cambio, no las continuidades y mucho menos operar como las fuerzas dominantes "de la tradición" proponen.

La superficie sobre la cual queremos trabajar es el cambio no lo nuevo. Y pocos, o casi ninguno de los criterios habituales que podríamos utilizar para poder filar, arreglar, ubicar y tipificar el tema de estudio, nos sirven para analizar el verdadero cambio que se presenta en algúnos estudios. No es lógico ni útil el marco crítico tradicional de análisis. Aquellos, como los que valoran la funcionalidad del proyecto como si sólo hubiese una manera de organizar el espacio y de ahi su clamor por una arquitectura hiperfuncional; aquellos que plantean de manera irresponsable que toda la arquitectura esta hecha para perdurar y que refuerzan su argumento crítico analítico en las identidades culturales entendidas como identidades materiales; o, aquellos que el respeto por el lugar está más cercano a no interceder con la realidad.

La geografía cultural, los presupuestos, el tamaño de los estudios, sus instrumentos, sus intereses, su modus operandi, son tan variados que ninguna de estas listas, archivos o líneas de clasificación; nos servirían para entender cuál es el aporte o transformación que la idea de “pequeño cambio” aporta al sentido renovador del estado del arte de la arquitectura contemporanea. Las características, entre ellos, son tan disímiles como la relación ecológica que pueden tener la costa Ibérica con los Andes peruanos.

¿Vale la pena preguntarse por la información que estos estudios construyen desde su accionar? ¿Se propone recargar las viejas maneras de hacer y pensar, reinstrumentalizados en nuevas herramientas de información y relación? Y, debido a esta “recarga” ¿logran presentarse como nuevo ensamble e innovación?

Pareciera que vale el esfuerzo desplazar este análisis a terrenos un poco más fangosos, menos explorados y, sin lugar a dudas, mucho más filudos ¿Por qué no preguntarnos por el cambio? ¿Dónde se gestiona y se produce? ¿preguntarnos por aquellos estudios que más allá de su instrumentación, apariencia o estructura formal son capaces de transformar el estado de la práctica? De veras ¿Qué hace un arquitecto hoy? ¿Cómo lo hace? No es acaso pertinente preguntarnos ¿dónde se gestiona el cambio que nos interesa al interior de los estudios seleccionados? Y ¿cuál es el cambio que verdaderamente nos interesa auscultar y exponer?

Debemos viajar al interior de la práctica y sus propósitos a través del tiempo pasado, así como proyectar la realidad de ésta a futuro, para así verificar si la actitud y su accionar que existe en estos estudios está más cerca de los cambios y/o de las variaciones. y así no confundirnos por las apariencias y los reflejos de “lo aparentemente nuevo.”

Esta manera de proceder nos permite localizar y revalorar de manera precisa la idea de evolución; como noción de cambio de los valores, operaciones y propósitos de la práctica; y no como lo plantean los estamentos críticos tradicionales, donde lo nuevo es la reinterpretacion actualizada de lo anteriormente probado, sólo que con un “twist” de sabor, una variación al producto habitual. En la actualidad existe una profunda distorsión de lo nuevo. Se tiende a confundir la variación con el cambio. Las variaciones se producen en la manifestación formal de la arquitectura y, estas variaciones a lo largo de la historia se les ha llamado y se les continuará llamando estilo. El cambio se localiza en la estructura propia del hacer, del procedimiento.

Por lo general, la crítica tradicional no se detiene a observar la práctica de la arquitectura, así que sus cambios pasan inadvertidos. Puesto que la crítica educada y preparada para buscar y trazar genealogías, pasa por alto lo que sucede al interior de los estudios, sus formas de relacionarse con el conocimiento que está a la mano, la técnica disponible, las preguntas, cuestiones o nociones del colectivo que estos grupos tienen o pretenden desarrollar. Ubicar piezas y objetos, para disponerlos sobre una mesa a modo de selección, y luego clasificarlos. Nombrarlos y trazar un marco de referencia para inscribir un fragmento de realidad sobre la clasificación realizada es el guión tradicional y previsible de cualquier actividad que busca constituir ensamblajes de lo nuevo y, con ello, estructurar nueva información para producir conocimiento.

Es frecuente que sea desde la autoreferenciación, el método utilizado por algunas actividades; profesiones o cuerpos de conocimiento para construir lo nuevo. Para hacerse evolucionar a si mismas. Vale la pena resaltar, y es preciso excluir de esta tremenda generalización, aquellas profesiones que se dedican exclusivamente a dar formato intelegible al mundo que nos rodea: La biología, la genética y aquellas que pretenden construir inventarios de lo vivo; no tienen muchas opciones diferentes a este tipo de operación.

Me arriesgo a argumentar que en la actualidad presenciamos un estado de paso referencial y disciplinar entre dos paradigmas. Estamos entre la referencia y el marco intelectual que establece el paradigma moderno y la promesa, la ilusión y la cautela que ofrece el paradigma ecológico. Este estado de paso a medio camino, me obliga a referirme al estado preformativo de las ciencias y la taxonomía. Aquel momento donde se hacían los primeros intentos “científicos” de nombrar, clasificar y establecer un marco referencial para un estado de transición como lo es el paso de la ciencia enmarcada en una actitud-pensamiento teologista, a una ciencia hecha por hombres; Laica y proto científica. A lo largo de este texto utilizaré el marco clasificatorio referencial, planteado por los cientificos del semievolucionismo del siglo XVIII. Debido a las oportunidades que dicha óptica suscita y ofrece. Lo utilizo no como método, sino como herramienta argumentativa que me permite señalar y resaltar ciertas inflexiones y variables que, a mi juicio, se presentan en ese período de construcción de la práctica taxonómica y que hoy nos sirven para construir una óptica y proponer un cambio de enfoque crítico.

Para momentos de transición vale la pena revisar momentos similares ya experimentados, aprender de estos, buscar las diferencias y similitudes; las incertidumbres y oportunidades. En momentos de transición como este; vaporosos e inciertos, donde se replantea la sociedad, el orden político y donde la estructura económica que nos ha acompañado durante los ultimos doscientos años se ha venido al piso, es un despropósito referirse a estados ya consolidados o pretender utilizar las mismas reglas de juego; análisis o referencia para tratar de construir posibilidades de reflexión. Sería como utilizar un microscopio para sacar una imagen de contraste; los dos son dispositivos de visión para mapear la realidad, pero van a escalas y objetivos distintos.

Antes de visibilizar lo anterior de manera tangible, propongo una lectura utilitaria sobre la fabricación de la noción de evolución hecha por Bonnet, Maupertuis, Diderot, Robinet y Benoit de Maillet; la cual llamaré Versión Original para luego proceder a transformarla y construir dos nuevas lecturas a las que llamaré Distorsión 1 y Variación a distorsión 1 respectivamente.

Versión Original

1. Las formas vivas pueden pasar de unas a otras.
2. Que las especies actuales son sin duda el resultado de transformaciones antiguas que han sobrevivido en el tiempo.
3. Que todo el mundo vivo se dirige, quizá, hacia un punto futuro, en tal grado que no puede asegurarse de ninguna forma viva que haya sido adquirida definitivamente y esté estabilizada para siempre.


Distorsión 1. La arquitectura y sus formas.

Suponer que la arquitectura ha pasado de unas formas a otras, que la actual es sin duda el resultado de transformaciones antiguas que han sobrevivido en el tiempo y, que toda esta se dirige; quizá hacia un punto futuro en tal grado que no puede asegurarse de ninguna arquitectura que haya sido adquirida definitivamente y esté estabilizada para siempre.

Aunque estos análisis son estrictamente incompatibles con lo que entendemos hoy como pensamiento evolucionista y no tienen directamente nada que ver con el oficio, profesión o estado de la práctica de la arquitectura, este enfoque si nos permite enunciar un cuestionamiento directo a lo que se nos presenta sobre la mesa de análisis como la arquitectura contemporánea ¿Cuánto de lo que vemos allí en la mesa es realmente nuevo? ¿Qué es lo que se nos presenta como nuevo? ¿Son nuevas las formas? ¿Son nuevas las formas porque están instrumentadas por nuevas herramientas? Si la respuesta a las anteriores preguntas es afirmativa, sólo podemos concluir que lo que hemos realizado en el largo viaje de la arquitectura es construir estilos y que lo que vemos hoy como nuevo, no es más que una variación de estilo.

Variación a distorsión 1. La práctica.

Para la crítica tradicional el centro de debate es la arquitectura y allí buscan lo nuevo, en el producto, no en el procedimiento. Y debido a esto el esfuerzo que se hace en la mayoría de los estudios radica en el producto, que maquillado o remasterizado, enfundado en terciopelo o decorado la mayoría de las veces, pasa de la manera más ingenua por innovación y no la práctica como tal.

Es por eso que la variación a distorsión 1 nos ayuda a visualizar la inmovilidad que la idea de novedad ha depositado sobre el valor de la pràctica al interior de la crítica y por reflejo en algunos estudios:

Pensar que la idea de práctica puede pasar de unas a otras, cambiar. Que la práctica actual es sin duda el resultado de transformaciones antiguas que han sobrevivido en el tiempo. Y Que toda la práctica se dirige, quizá, hacia un punto futuro en tal grado que no puede asegurarse de ninguna práctica que haya sido adquirida definitivamente y esté estabilizada para siempre.

Si esto es cierto que la práctica tambien evoluciona ¿por qué el modelo de organización más usual de los estudios sigue siendo moderno? ¿Por qué la estructura piramidal de arriba a abajo, donde en la parte superior se ubica el “Arquitecto Creador” y arquitectos colaboradores en la parte inferior? ¿Por qué la mayoría de estudios no escriben? ¿Por qué el modelo de trabajo sigue pasando por la elaboración de un boceto por parte del arquitecto creador y luego los colaboradores “lo desarrollan”? ¿Puede una estructura de práctica estática, inmóvil, y moderna, construir lo nuevo, gestionar el cambio?

Aunque ni la distorsion 1 ni la la variación a la distorsión 1 nos ayudan a esclarecer la realidad, esto si que nos permite realizar una comparación razonada de los dos modelos que se presentan: Las formas de la arquitectura y los cambios de la práctica como manifestación de lo nuevo, de la variación al cambio. Para así resaltar que sin un replanteamiento en la estructura de procedimiento es casi imposible construir lo nuevo.


Monstruos y Fósiles

La crítica tradicional desconoce y descalifica la cuestión más relevante del cambio operativo el cual es el siguiente: los estudios de arquitectura que transforman la práctica, construyen un tercer orden operativo; porque estos proponen y ejecutan una práctica teórica y una teoría practicada, poniendo fin a una disociación operativa de crítica y proyecto, construcción y enunciado.

Para construir la novedad y presentarla como verdadera y oficial, la primera operación que ejecutan los responsables de la historia de la teoría y la crítica de la arquitectura parte de trazar vínculos de aquello que se presenta como nuevo con el pasado o con categorías ya establecidas (estilos) y a partir de transferir cualidades del pasado - ya probado y validado por el peso de la historia - presentarlo como innovación, bajo el opaco y pardójico argumento de que estos proyectos son innovadores porque extienden la tradición cargándola de nuevos valores pertenecientes al sentido de estos tiempos. Buscan fósiles, son arqueólogos; buscan y refieren algo que ya ha existido y ha sido visto.

Escribir y valorar lo antes visto es más fácil que escribir en la oscuridad de lo verdaderamente nuevo. Aquellos proyectos que presentan la mayor cantidad de cadenas de relación con proyectos o actitudes del pasado que mayor evocación despierta a los críticos y a los cuales es más fácil trazarles pedigree, por lo general, son los mejor recibidos, mejor tratados, son los elegidos y los que más circulan; son aquellos que se hacen “más verdaderos” y son la materia prima para construir ensamblajes críticos. Éstos, por lo general están protegidos, no están a merced de la crítica moralista, aquella que descalifica lo nuevo por que no tiene vínculos fáciles de trazar con el pasado, aquella que no tiene pedigree histórico o que no hace parte de la historia de la arquitectura mediterránea.

En el siglo XVIII era preciso encontrar figuras que permitieran conciliar los métodos y las clasificaciones. Se presentaban ciertos “seres” que no cabían en las categorías acordadas. Estos sólo podían dar origen a un apartado especial dentro de dicha taxonomía; una estructura que permitiera establecer un cuadro de identidades y dieferencias y que sobre esta base se pudiera dirimir la localizacion de seres extraños; hablamos precisamente de Fósiles y Monstruos.

1. Fósiles

En el siglo XVIII el fósil, con su naturaleza mixta de animal y mineral, es el lugar privilegiado de una semejanza que el historiador del continuo exije. El fósil permite subsistir las semejanzas a través de todas las desviaciones recorridas por la naturaleza, funciona como una forma lejana y aproximativa de identidad, señala un semicaracter en el cambio del tiempo. El fósil recuerda, en la incertidumbre de sus semejanzas, los primeros intentos obstinados de identidad. A lo largo de una historia tal, los signos de la continuidad no pertenecen más que al orden de la semejanza (Referencia positiva, uno se apoya en otro para explicarse y explicar, la herencia de lo referencial, sólo se pueden explicar en la medida del lenguaje ya existente, su escala de valores, cualidades y condiciones son explicadas sobre el mismo marco referencial “Z” utiliza la referencia de “Y” porque “Y” fue hecho por o es como “X”, cadenas de relación secuencial de tipo generacional, linajes, tradiciones o herencias)

No es acaso directa la relación entre la crítica tradicional y la arqueología? No son acaso los arquitectos (fósiles) que extienden el tiempo y la historia más fáciles de analizar y proclamar como innovadores? Estos conservan y nos recuerdan las identidades de otras formas de la arquitectura (fósiles), nos permiten hacer uso de la historia, los linajes y las especies que les dieron forma.

Los fósiles (las formas de la arquitectura) son coleccionables y reales, se pueden tocar, caracterizar y asentar sobre la mesa. No son producto de nuestra imaginación ni nos asustan. Siempre son hayados en lugares mapeables, codificables y con coordenadas X.Y.Z.
Los fósiles (las formas de la arquitectura) se tienen en casa, se les presentan a los amigos y van a exposiciones. Los fósiles se estructuran sobre la materia inherte para perdurar en el tiempo, su mezcla de animal roca, garantiza su estabilidad y continuidad.


2. Monstruos

El monstruo (el cambio radicado en la práctica) asegura en el tiempo y con respecto a nuestro saber teórico, una continuidad que los diluvios, los volcanes y los continentes hundidos mezclan en el espacio para nuestra experiencia cotidiana, la historia nunca narrada. El monstruo (el cambio radicado en la práctica) hace aparecer la diferencia, la diferencia carece de ley, no tiene una estructura bien definida. El monstruo (el cambio radicado en la práctica) es la cepa de la especificación. Pero en la lenta obstinación de la historia éste no es más que una subespecie. El monstruo (el cambio radicado en la práctica) cuenta la génesis de las diferencias.

El monstruo (el cambio radicado en la práctica) es producto de nuestra imaginación, no existen si no como mitos, leyendas o en lugares fantasiosos; no son clasificables. Sabemos que algunos vuelan, expulsan fuego por su nariz, su sangre es sanadora y hasta comen niños. No tienen una forma definida o característica precisa. Se sabe poco de su edad, longevidad o lugar de operación. Los monstruos (el cambio radicado en la práctica) son impresentables, no se sabe mucho de ellos, como producen el fuego, o porque vuelan.



Conclusiones temporales

1. A la evolución de la arquitectura se le llama estilo. Y este se apoya en nuevos instrumentos prácticos, herramientas de representación. Este modelo construye variaciones, considera que el material a transformar y dar forma es el vacío. Considera que el territorio de operación es la construcción material de su proceder. La construcción como fin necesario y justificativo de su proceder. Si no hay construccion no hay realidad. El escribir es cosa de la crítica. La reflexión se produce por fuera del proyecto. Para este modelo la arquitectura representa, es una y unívoca, es moralista y dogmática. Se presenta a los otros bajo enunciados de “La arquitectura debe ser...es...” Este modelo es un fósil.

2. A la evolucion de la práctica no se le llama. No ha sido clasificada. Se apoya en nuevas herramientas de manera multi-instrumentada: sociología, biología, economía, construcción, teoría arquitectónica, ingenierías, etc. Hace uso de cualquier recurso necesario y disponible para amplificar su impacto. Este modelo gestiona el cambio. Considera que el territorio de operación es la inteligencia. Hace uso de cualquier insumo que le permita transformar la realidad a partir de la amplificación del significado literal de espacio: Dar espacio, liberar espacio, espacio de dialogo, espacio de encuentro, espacio de oportunidad, etc. Para este modelo la arquitectura desempeña, presenta capacidades, transforma y está viva, es orgánica y cambiante. Su obsesión constante es la de encontrar maneras de redefinir la práctica, ampliando la idea de la arquitectura, no como la operación constructiva para dar forma al vacío, sino como la administración, producción y gestión del espacio. Este modelo es un monstruo.

lunes, 19 de abril de 2010

miércoles, 14 de octubre de 2009

11 intereses para compartir la realidad orgánica

1. Creemos en la arquitectura como la administración, gestión y producción del espacio.
2. Procuramos insertarnos como intermediarios para constituir vínculos más simétricos entre humanos y no - humanos.
3. Creemos que nuestra operación vincula redes y acerca a la arquitectura a otras disciplinas. Por esto, propendemos por una arquitectura cercana a las redes de decisión y así hacer nuestro desempeño pertinente.
4. Buscamos poder constituir una práctica híbrida, multi-instrumentada e instrumental, la cual nos permita permear diferentes colectivos, hacernos más robustos y así tener mayor capacidad de respuesta e interacción para transformar la realidad. Por eso, nos interesa desarrollar una práctica completa: Tener espacio en la escuela, escribir, proyectar. Buscamos proyectos de todo tipo: instalaciones, viviendas, casas, concursos, espacio público, consultorías, investigación, etc. Evitamos la especialización.
5. Buscamos el trabajo en grupo, en asociaciones temporales con otros porque en el encuentro existe el intercambio de ideas, ópticas y maneras de hacer.
6. Hacemos que cada proyecto o encargo esté alineado con un set de reglas propias, un interés particular y una asociación de situaciones generales. Por eso, creemos conveniente elaborar un sistema gráfico - léxico reflexivo para cada proyecto.
7. La realidad es siempre el mejor material a transformar.
8. Somos Optimistas. Creemos que la historia se redefine en las acciones del presente y ésta tiene valor en la medida en que se abandona la nostalgia, viviendo de manera pragmática el presente, construyendo nuevas opciones de futuro.
9. Pensamos que la arquitectura constituye ensambles a partir de constituciones y capacidades.
- Constitución: Cada realidad (proyecto) tiene un conjunto de leyes y contingencias que regula todo lo que a ella pueda llegar a acontecer. Es decir, cada realidad (proyecto) establece un ensamble particular, de lo que está hecho, sus lógicas, leyes, imposibilidades, etc. Cada proyecto inserta y conforma una realidad específica.
- Capacidad: Es el máximo despliegue de habilidad y/o propiedad que tiene un ensamble o una entidad que administra, produce o gestiona el espacio para transformar la realidad. Esta transformación puede ser temporal o permanente.
10. Buscamos cualidades Low Tech - High Concept, Mínimo esfuerzo - Máximo efecto.
11. Buscamos operar desde y bajo un “tercer orden”. Un orden mediador, el cual permite entrecruzamientos, vínculos, relaciones simétricas. Un orden que se configura como una nueva opción, sin alternancias entre intereses o ideales opuestos, que evita los distanciamientos entre sujeto y objeto, entre teoría y práctica.